![]() Martes 24 octubre 2000 - Nº 1635
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Las mujeres y las mentiras centran la nueva novela de Ramón Buenaventura 'El corazón antiguo' sigue la serie de 'El año que viene en Tánger' AMELIA CASTILLA, Madrid
El corazón antiguo cubre un periodo de 60 años, entre 1940, "cuando nacieron todos mis personajes tangerinos, incluido yo", y los inicios del 2000. Buenaventura califica como "un regoce" esa tendencia a volver sobre lo que en su memoria queda lleno de luces y colores. "Toda adolescencia que se ha vivido en circunstancias favorables se recuerda con esplendor, y más si uno ha vivido en una ciudad que es una leyenda, con una libertad que no existía en ninguna otra parte".
Pese a esta declaración de principios de lo que ya se puede denominar como un nuevo territorio literario, apenas unas pocas páginas iniciales sitúan a Pablo Huarte en una ciudad a punto de convertirse en tierra extranjera, a finales de los cincuenta. Es en Madrid donde acaba de ganar unas oposiciones como funcionario del Estado, donde fundamentalmente se desarrolla la experiencia sentimental del protagonista de El corazón antiguo, al que se puede juzgar como uno de esos hombres capaces de transmitir una gran intensidad amorosa, pero incapaz de retener a las mujeres que pasan por su vida. "En los hombres de mi generación, y en los más jóvenes, existe un estado de estupefacción ante el avance de las mujeres. En el caso de Pablo, su experiencia endurece su percepción", cuenta Buenaventura, quien dice no identificarse con el protagonista.
El corazón antiguo sale al mercado tras el enorme éxito de público y de crítica de El año que viene en Tánger, de la que se vendieron más de 20.000 ejemplares. Con gran osadía por su parte, Buenaventura repite en la nueva novela la fórmula de la novela anterior, premiada y aplaudida por todos. Los "perifollos visuales" o "el trabajo artístico literario", como el escritor denomina a las continuas aclaraciones a pie de página, los cambios de tipo de letra, el uso de signos y las numerosas referencias a Internet, con direcciones incluidas, son una constante en este nuevo trabajo. "Es un desafío volver a utilizar una fórmula que ya existía, y esto me asusta incluso a mí, porque seguramente corro riesgos innecesarios".
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