Ramón Buenaventura rescata de nuevo Tánger en «El corazón antiguo»

 

Juan Carlos Rodríguez - Madrid .-

¿Cómo tardar treinta y tantos años en escribir una sola novela? Para contestar lo más fácil debería ser leer «Ejemplo de la dueña tornadiza», que Ramón Buenaventura (Tánger, 1940) escribió entre 1968 y 1971, y ahora su versión «refundida, reescrita, reconsiderada y rehecha» que publica con el título de «El corazón antiguo» (Debate). Sería lo fácil, pero no lo es, dado que aquella primera novela es inencontrable y «sólo la leyeron no más de 150 personas pese a que las críticas fueron magníficas», como el propio Buenaventura se encarga de recordar.
    Tanto que el escritor da aquella novela por inexistente de «tan minoritariamente publicada». A la luz del éxito de «El año que viene en Tánger» (Debate, 1998), la ha reescrito tan rigurosamente que apenas queda la esencia, pero por fidelidad afirma que llevaba «treinta y tantos» años escribiéndola. Y el resultado es «una especie» de continuidad de «El año que viene en Tánger», aunque ambas comenzaron a germinar al mismo tiemo.   

«Rebelde sin causa»

Buenaventura reconoce que «El año que viene en Tánger» y «El corazón antiguo» son como un «big-bang» que tuvo lugar en un guateque en «El bosque de los diplomáticos» de Tánger en 1957. «Las dos obras -dijo- son una añoranza de lo sucedido en aquella excursión, aquel verano en el que bailamos el rock and roll y sabíamos que íbamos a despedir el paraíso de Tánger». Incluso escribió una primera novela al más puro estilo «Rebelde sin causa» que nunca publicó, titulada «Tal vez vivir». Pero de aquel intento nació la certeza de que toda la obra narrativa que escribiera tendría como único territorio posible la memoria de Tánger.
    Y así ha sido. Ahora en «El corazón antiguo» retoma a uno de los personajes de «El año que viene en Tánger», Pablo Huarte, que vuelve a la ciudad marroquí después de pasar los años 70 y 80 en Madrid. «Es la historia -describe- de un hombre que se hace y deshace en cada intento de vivir porque el ansia no envejece con el corazón antiguo». Pero aún hay más en común con «El año que viene en Tánger»: el estilo, donde Buenaventura, poeta, traductor, novelista, mezcla géneros y tipografías en un intento por aumentar la comunicación o, como él dice, el «recurso de la musicalidad».