COLPISA Madrid, 24 Oct. (Miguel Lorenci) Ramón Buenaventura (1940) fue expulsado del paraíso en 1957. Por aquel entonces el novelista y editor nacido en Tánger sabía que su estancia en la ciudad internacional estaba abocada a su fin. Sabía que iba a ser "expulsado del paraíso" junto a todas la figuras que poblaron su adolescencia. Y en esa pérdida ha fundamentado una carrera literaria tan atípica como inclasificable cuya última entrega es la novelas El corazón antiguo (Debate), una narración de "mujeres y mentiras" que llega tres años después de su celebrado El año que vine en Tánger y que se integra como aquélla en el ciclo narrativo "Bolevard Anteo". Alejado ahora de la edición y sumido en la escritura, advierte con honradez que si se trata de tocar ambos palillos, "o estafas al lector o estafas a la editorial". "La falsificación de la belleza y todas sus posibilidades es el tema de este libro" admite Ramón Buenaventura [error de transcripción: es el tema de la próxima novela, Retrato no autorizado de Ainhoa van Leuven], que remite una y otra vez cualquier explicación de su evolución narrativa a "aquel big-bang" que supuso para él una excursión juvenil a los alrededores del Tánger del final del protectorado internaicional de Tánger. "Aquella excursión anticipaba el final de una época dorada paratodos los que luego han sido protagonistas de mis libros; fue una implosión de belleza, de alegría por el descubrimiento de los placeres de la vida y el aviso de que todos debíamos dejar aquel paraíso que era Tánger", rememora. "Todo lo que he hecho después -reconoce este poeta, editor, profeta de Internet y experto en nuevas tecnologías- es explicar aquel momento de enorme belleza y dar voz a sus protagonistas". "No es una novela tangerina", advierte, "como tampoco lo era en esencia 'El año que viene en Tánger' ". "Los protagonistas nacieron como yo en Tánger, pero lo que se cuenta es la historia de un hombre que busca el modo de comunicarse con las mujeres en un nivel que nunca consigue y que no acaba de entender qué es lo que ocurre en el mundo de las mujeres", precisa. "Un hombre, Pablo Huarte, que se hace y se desahace en cada intento de vivir: el ansia de no envejecer con al corazón antiguo" agrega, advirtiendo que hay que exprimir la vida porque "cuando uno se descuida, tiene sesenta años, que es lo que me pasa a mí". Alejado de las responsabilidades editoriales Ramón Bueventura que ha hecho "de todo" en la vida, -desde vender váteres en Argelia, a hacer lo propio con refrescos en medio mundo-, se siente ahora mucho más libre para afrontar la batalla literaria. "Para ser escritor es indispensable dejar de ser editor. La edición es una cruz literaria que muy poca gente puede llevar con elegancia. Carlos Barral y su toque romántico serían la excepción. Si de veras eres editor, has de dedicarte a ello 24 horas al día. Si además eres escritor, estas obligado a estafar o bien a lector o bien a l compañía editorial que te paga", reconoce. En esta tres décadas de aventura narrativa ha publicado Buenaventura una decena de poemarios y prosas como "Ejemplo de la dueña tornadiza", un "Esbozo biográfico" de Arthur Rimbaud, "El año que viene en Tánger" y su apreciada guía para internautas poco avezados "Lo que usted siempre quiso saber sobre Internet". Su obra poética está reseñada en varias antologías y ha traducido al español decenas de autores franceses e ingleses.
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