Una lista de correos
cuajada de estrellas de la
moda más íntima, de expertos
en hidrología, de monárquicos y republicanos,
de rigor
ortográfico, de censura
implacable, de protestantes,
de ligones a lo
divino y a lo humano, de ingenuos
y de aprobetxategis
a la que salta, de gente capaz de seducir a la estatua ecuestre de
Jehová sin mover más allá de dos veces las pestañas, de dulces letraheridos
e interneteros reivindicatas.
Todo ello bajo la inútil pero
rigurosa supervisión del escritor
más resignado y más manso que han visto los siglos.
¡Apúntese
ya, porfa! |